Ballerina por Halloween - HISTORIA TG

 

----- BALLERINA POR HALLOWEEN -----

 

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Escrita por: “Irene Naridza”

 

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----- Ballerina por Halloween -----

Era el día de Halloween y Emmet quería salir a recolectar dulces, pero sin obedecer ninguna regla. Llegaba a los porches solitarios y aprovechaba que nadie lo veía para tomar toda la canasta de dulces en su bolsa. Se sentía a gusto tenido un buen botín de caramelos, pero no le importaba los más mínimo los otros niños que también saldrían a pedir dulces esa noche.

En un momento llegó a una casa apartada del resto. Era la casa de la señora Carolina. Una mujer mayor que se había mudado desde el extranjero para disfrutar de su retiro en un lugar que se presumía ser tranquilo. Como en su país natal no se celebraba el Halloween, dejó un cartel en su puerta con un mensaje claro. “NO HAY DULCES.”

Sin embargo, Emmet se sintió indignado. “¿No hay dulces?, ¿en la noche de Halloween?, IMPOSIBLE” murmuró. El chico entonces vio en esa situación la oportunidad de realizar una de sus travesuras. La cual era lanzar huevos y rollos de papel higiénico.

Emmet buscó entre los bolsillos de su disfraz de Halloween, que era el de un motociclista, o más bien, el de un intento de motociclista rudo. Encontró lo que buscaba, que era una cajita con seis huevos, algunos en mal estado. Con una mala puntería, las arrojó hacía la casa de la Señora Carolina.

Ya conforme, el chico intentó huir. Pero justo antes de que pudiera irse. La dueña de casa salió y lo atrapó en la escena. “OYE VANDALO, ¿QUÉ CREES QUE HACES?” gritó ella. “¿Emmet?, ¿eres tú ese chico travieso del que todos hablan?” el chico sabía que eso no era bueno.

“Ahora verás. Se lo diré a tus padres.” Emmet se quedó congelado ante la amenaza de la mujer. Sus padres le habían dejado claro que tirarían a la basura su consola de videojuegos si volvían a escuchar una sola queja por su comportamiento.

“No espere. NO SE LO DIGA A MIS PADRES.” Dijo casi de inmediato. Al principio la mujer se sorprendió por la reacción del chico, pero vio en eso una oportunidad para un escarmiento que tenía en mente. “Bueno, si no quieres que tus padres se enteren. TENDRÁS QUE LIMPIAR MI PORCHE.” Indicó ella.

Emmet obedeció y como pudo, limpió las manchas de los huevos podridos hasta que no quedó ningún rastro. Pensó que su penitencia había terminado por lo que intentó escabullirse sin ser visto. Pero no encontró su bolsa de caramelos por ningún lugar. “¿Buscabas esto?” dijo la mujer mayor desde la puerta de la casa. Sostenía la gran bolsa de dulces del travieso chico.

“Em, sí, es mía. ¿podría dármela?” pidió Emmet. “Quiero irme a casa.” Extendió sus manos para que le entregara la bolsa, pero la mujer la apartó y negó con la cabeza. “No tan rápido, jovencito. Revisé la bolsa y noté que has acumulado un gran botín.” La mujer comenzó a hablar.

“No estoy segura de cómo funciona esta tradición, pero estoy segura que nadie puede reunir tantos dulces en muy poco tiempo en un pueblo pequeño. No habrás estado acaparando los dulces sin dejar nada a los demás, ¿verdad?” Emmet se quedó sin habla ante la deducción de la mujer.

“Este… no. ESO NO LE INCUMBE.” Respondió el chico con un tono que no le gustó nada a la Señora Carolina. “Pues ahora me incumbe y a ti también. En especial cuando tu castigo no termina todavía.” Emmet se sintió confundido. “¿qué?, pero ya limpié su porche.” Dijo señalando la zona antes manchada por huevos podridos, ahora impecable.

“Sí, has pagado por lo que me hiciste a mí.” Comenzó a explicarse la Señora Carolina. “Pero creo que debe pagar también por las constantes travesuras que le haces a la gente del vecindario.” Dijo con una sonrisa un tanto siniestra.

“No se mucho de esta tradición llamada Halloween, pero sé que es sobre repartir dulces. Quiero que te quedes aquí por esta velada repartiendo los caramelos que acaparaste de las demás casas. así podrán llegar a todos los niños como se suponía.” Explicó la mujer al chico.

Emmet no se veía nada contento. “ME NIEGO.” Exclamó. “Esos dulces son míos, no importa de donde los tomé, además…” no pudo hablar más porque la mujer le recordó que si no hacía exactamente lo que decía, sus padres se enterarían de su reciente travesura.

Ahora con el chico travieso callado y obediente, Carolina lo miró de arriba abajo y se puso a pensar por unos segundos. “Creo que tengo el disfraz adecuado para ti para esta noche.” Dijo ante de tomarlo de la mano y llevarlo dentro de su casa.

UNA HORA DESPUÉS.

La noche de Halloween seguía su curso. Había un buen número de niños con sus disfraces riendo y contando sus dulces antes de decidir qué casa sería la siguiente donde llegarían con la festiva frase. “DULCE O TRUCO”

Había dos niñas que iban de la mano de su madre. Una vestida como una brujita y otra como una felina de una caricatura popular. Al ver las luces de la casa de la Señora Carolina encendidas y un cartel que decía “VENGAN POR SUS DULCES”, se acercaron y golpearon la puerta la cual no tardó en ser respondida. “DULCE O TRUCO” Exclamaron ambas al unísono.

Quien las recibía era una chica joven disfrazada de ballerina. Usaba un leotardo rosado con bordados de flores, un tutú bastante lindo, unas impecables mallas blancas que se ceñían a sus delgadas piernas, unas hermosas zapatillas de ballet que junto al moño delicadamente peinado completaban el conjunto.

“Ho…hola… Buenas noches.” Dijo la ballerina. “Mira mami. UNA BALLERINA.” Exclamó Cassie, la niña con el disfraz de brujita. “Mami, eso me recuerda. ¿nos puedes inscribir a Kelly y a mí para las clases que Ballet que comienzan pronto?” Preguntó con un brillo en sus ojos.

La mujer miró a sus dos hijas. Una se vía emocionada y la otra, notablemente tímida, parecía denotar con sus ojos que no le agradaba la idea. “POR SUPUESTO” Respondió sonriendo. Cassie saltó emocionada mientras que Kelly se sonrojó de vergüenza e intentó mirar a otro lado.

Se encontró con el rostro de la ballerina quien tenía un tazón lleno de dulces. Lo que le llamó la atención no fue la variedad de los dulces o el impecable y delicado traje de ballet. Era que ella también parecía estar un poco incómoda.

“Te… tengan. Para ustedes.” Dijo la chica antes de repartir una generosa cantidad de caramelos a ambas niñas. “FELIZ HALLOWEEN.” Dijo con una emoción fingida. Tal vez pudo convencer a Cassie y a su madre, pero Kelly notó que no era honesta, pues ella también había estado fingiendo estar contenta esa noche, sin embargo, no dijo nada.

Agradecieron los dulces y se retiraron a seguir recolectando dulces. Entonces, la ballerina no perdió tiempo y volvió dentro de la casa. “NO PUEDO CREER QUE ME ESTÉ FORZANDO A HACER ESTO” Le reclamó Emmet a la Señora Carolina.

“Es tu castigo Emily. Tal vez así aprendas tu lección y cambies tu comportamiento.” Dijo la mujer mientras bebía un poco de té. “¿Cómo se supone que aprenda eso siendo forzado a vestirme como una niña?” preguntó Emmet molesto.

“¿Quieres lucir ese atuendo en público?” preguntó la mujer con una mirada fija. “No, claro que no.” respondió nerviosamente. “ENTONCES NO VUELVAS A HACER TRAVESURAS PESADAS” exclamó triunfante la Señora Carolina antes de darle otro sorbo a su té de canela.

Sabiendo que no podía hacer nada, Emmet se resignó. Tendría que ser EMILY, la sobrina de la señora Carolina por el resto de la noche de Halloween. Estaba por sentarse a tomar un descanso hasta que escuchó que tocaban la puerta y las inconfundibles risas infantiles.

Emily suspiró antes de tomar el tazón de caramelos, preparar su voz femenina y su mejor rostro simpático. “FELIZ HALLOWEEN.”

FIN
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----- Si por allí encuentran alguna falta de ortografía, por favor, háganmelo saber -----

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LINK a versión en inglés: 

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--------------- Opinión de la Autora ---------------

·         Tenía la idea desde hace tiempo, pero solo como concepto prestado, se que no es Halloween. Pero justo pude completarla y ni modo que me esperara 10 meses para publicarla.

·         Aquí dejo un par de párrafos descartados por ser innecesarios.

o   (Este era el primer párrafo, con el que iniciaba la historia.)

Emmet era un chico bastante travieso, pero al mismo tiempo desconsiderado. no le importaba molestar a los demás mientras él se estuviese divirtiendo. Por lo que se había ganado el desprecio de mucha gente en su vecindario. Los vecinos siempre se quejaban con sus padres, quienes se limitaban a amenazarlo con castigarlo dejándolo sin sus videojuegos.

 

o   (Estos eran los párrafos 2 y 3 después de ese “Una hora después”, me pareció que podía mejorarlo en un solo párrafo.)

Dos niñas que iban de la mano de su madre. Entonces divisaron la casa que estaba al fondo de la calle con las luces del porche encendida. “¿No es esa la casa de la nueva vecina?” Preguntó la niña disfrazada de brujita. “Sí. Pensé que no celebrara esta festividad.” Comentó la madre. “Pero podemos ir, no perdemos nada preguntando.”

Las niñas caminaron frente a su madre y golpearon la puerta, la cual no tardó en ser respondida. “DULCE O TRUCO” Exclamaron ambas niñas al unísono.

 

·         Esta historia está inspirada en otra que leí hace años en Deviant Art, ahora ya no la encuentro. Esa era un poco más oscura.

·         No se si lo dije ya, pero, por razones de seguridad y cultura, Halloween no se celebra en mi país, Ecuador.

·         Si lo suponían, pues están en lo correcto. Esta historia tiene relación con “Polvo y Halloween”

 

------------------------------------ GRACIAS POR VER.  ------------------------------------