miércoles, 25 de diciembre de 2024

HERMANA REFLEXIVA - HISTORIA TG

 ----- Reflexión de una Hermana -----

-- Escrita por “Irene Naridza”

Las risas inundaban el departamento 46. Los recuerdos frescos de la consumación de su venganza contra Xander traían tanta emoción que nadie podía contener la risa.

“La forma en cómo se movía como una larva, desearía haberlo grabado.” Dijo la chica pelirroja antes de tomar una bocanada de aire. “Tu plan tomó tiempo, Marian. Pero al final fue todo un éxito.” Dijo la chica rubia mientras chocaban los cinco. “Soy buena haciendo esto. Pero el factor decisivo fue la paciencia. Debíamos dejar que Xander se sintiera atraído a ‘Danny’ para que pudiéramos ejecutarlo.” Dijo Marian.


“No me molestó ser usado como carnada. Quería que Xander fuese humillado. Y lo LOGRAMOS.” Dijo Daniel mientras levantaba su bebida. “Me pregunto qué harán con él en la casa de la fraternidad. Seguramente hacer que beba pegamento o esas cosas inmaduras que les gusta hacer con los novatos.” Daniel se frotó las manos, sabía que no podría verlo, pero esperaba que fuese una gran humillación.

“No creo que sea pegamento él líquido pegajoso con el que vayan a embarrar a Xander. Dudo que usen condones, en especial Tomas.” Dijo Marian con tranquilidad. “Ew! No menciones esas cosas mientras comemos.” Se quejó Bondy, negándose por un momento a darle otro bocado a su hamburguesa.

“¿A qué te refieres con eso?” Dijo Daniel, deteniéndose cuando estaba por llevarse su vaso de jugo a la boca. “Tú sabes. Los chicos de la fraternidad son terribles. Lo más probable es que se aprovechen del ‘regalo’ que les dimos de todas las formas que a una mente lujuriosa se le pueda ocurrir.” Marian jugaba con sus dedos mientras pensaba en todos los relatos de los mismos miembros de la fraternidad sobre sus fiestas con excesos.

“Incluso si Xander intenta demandarlos. Los chicos ricos de su fraternidad usarían sus contactos para hacer que no progrese en ningún tribunal.” Concluyó recordando que Xander no era el único niño rico mimado de la universidad. Había unos cuantos que compartían sus mañas.

Daniel adoptó un profundo silencio y se sumió en sus pensamientos. No era una situación poco familiar. “Este…no… no podemos dejar que esto ocurra.” Murmuró. “¿Por qué no?” exclamó la chica rubia. “Xander se ha aprovechado de la misma manera de varios estudiantes. ¿No queríamos todos verlo humillado? ¿no te parece justo que sea él el que esté en la situación de impotencia?” reclamó Ruby.

“Sí. Me parece lo ideal. Me alegra que sienta lo que es estar en nuestra posición, pero… esto… es demasiado.” Respondió Daniel antes de mirar a su hermana que bebía jugo de naranja mezclado con Vodka como si el tema a discutir fuese irrelevante.

“Tú lo dijiste. Los chicos de la fraternidad no dudarán en hacerle… eso… a Xander ahora que lo disfrazamos como una chica. Independientemente de que sea Xander. ¿Te parece correcto permitir que algo así le ocurra a alguien?” La preocupación de Daniel se transmitía a través de sus ojos vidriosos.

“No. claro que no.” exclamó Marian. “Pero Xander no es cualquier persona. Es un acosador, arrogante y molesto chico rico. lo que le pasará es un resultado de sus acciones.” Se explicó ella. “Sabes lo que les pasa a los abusadores en prisión. ¿te sentirás mal por ellos también?” preguntó la rubia mientras lo miraba con severidad.

“¿No lo entienden? ¡Nosotros intervenimos en esto!” exclamó Daniel con tanta fuerza que todas lo miraron. “Nosotros lo vestimos así, lo atamos y lo dejamos en el vestidor de chicos. Si los de la fraternidad se aprovechan de él. Esto estará en nuestras manos.” Continuó hablando.

“Oh, ya entiendo. ¿Te da miedo que nos demande? No es problema. Podemos usar los mismos métodos para que no pueda ir a por nosotros.” Explicó la rubia. “¿Pero podrías vivir con eso en tu conciencia?, saber que entregaste a alguien a una jauría de lobos.”

La pregunta de Daniel tocó una fibra entre las chicas. No solo se trataba de legalidad, hace mucho que la ley podía saltarse. En un entorno así, lo único que diferenciaba a la gente de bien y los aprovechados eran sus valores. Si ellas hacían las mismas cosas que los chicos de la fraternidad, serían lo que ellas odian.

Marian se puso de pie y caminó por la sala del departamento lentamente mientras mantenía una mano en su barbilla. “No tenemos que darle una cucharada de su propia medicina. Podemos darle una medicina diferente.” Dijo finalmente.

“Si en verdad quieres hacer eso. Tenemos primero que evitar que los de la fraternidad sean los que le den ‘medicina’” dijo la pelirroja. “Exacto, debemos salvarlo de que le den por vías… no razonables.Dijo Daniel con incomodidad.

La rubia suspiró. “Tenemos 22 años, somos adultas. Podemos decir las cosas directamente.” Se levantó del sofá para buscar las llaves de su auto. “Vístanse con ropa de deporte. Vamos a evitar que los de la fraternidad usen a Xander como su muñeca sexual.”

Daniel tragó saliva. “Eso suena mal.” Dijo la pelirroja. “Se ve aún peor. Algunos de sus miembros me pagan para que repare sus muñecas inflables. Siempre tenían rota la zona de la boca, la vagina y el trasero. No dudarán en hacerle lo mismo si están lo suficientemente ebrios.” Dijo mientras se ponía su chaqueta y botas.

Daniel sintió un sudor frío recorrer su espalda. Estaban ante algo muy serio. Su hermana notó que sus manos temblaban, por lo que le dio un poco de su bebida para intentar calmarlo. Eso pareció funcionar, ya que pudo sugerir una idea al plan.

“Seguramente Tomas llevó a Xander a la casa principal de la fraternidad. Está en las afueras de la ciudad.” Dijo Daniel. “Recuerdo vagamente el lugar. Tomas fue uno de los clientes de la sastrería donde trabajo.” Dijo Bondy al ajustarse su chaqueta. “Yo sí recuerdo bien la dirección.” Aseguró Daniel. “Periferia Oeste 15, Calle Kirmen, casa 515.”

“Oigan. No creo que las 4 podamos hacer algo contra varios chicos de la fraternidad. Llegar y plantarnos podría terminar muy mal. No creen que es mejor llamar a la policía, explicarles la situación y darles la dirección.” Sugirió Ruby.

Marian negó con la cabeza. “Queremos hacer esto lo más discreto posible. Además, tenemos que convencer a Xander que no intenté emitir demandas contra nosotras o las otras chicas.” Ruby pensó por un momento, pero no estaba convencida.

“Nosotras lo metimos en esa situación. Pero creo que estará menos molesto si lo rescatamos antes de que Tomas intente divertirse con él.” La idea aún causaba escalofríos en Daniel. “Ya deja de decir eso.”

Ruby chasqueó sus dedos cuando se le ocurrió una idea. “Tal vez necesitemos ciertas herramientas.” Buscó en su bolso y rápidamente sacó 4 tubos de labial. “El rojo no es mi color.” Dijo Marian mientras le daba un vistazo.

“No son labiales reales. Son gas pimienta.” Ruby mostró un pequeño botón en una parte del tubo. “Si presionas con fuerza, escupirá un chorro de pimienta y chile.” Explicó con cuidado de no accionar el mecanismo. “¿Los hiciste tú misma? Eso es genial.” Dijo Daniel haciendo que Ruby se sonrojara.


“Parece que tenemos un plan. Podemos perfeccionarlo en el camino. Hay que darnos prisa.” Dijo Marian mientras se ponía su chamarra y le pasaba una a su hermano.

Las 4 chicas bajaron por el ascensor hasta el sótano del complejo de departamentos que funcionaba como estacionamiento. Cada departamento tenía asignado un espacio. No les tomó mucho encontrar el espacio 46.

Recientemente se habían agregado plazas extra en el exterior, pero se debía pagar un monto extra por su uso.

Como el departamento estaba cerca tanto de la Universidad como del lugar de trabajo de las chicas, no necesitaban un auto. Todas excepto Bondy. No solo lo usaba para ir a su trabajo en las afueras de la ciudad, también se organizaba con sus amigas para dar paseos. Pero hoy tenían una misión.

Su auto era un Trans-Am de 1979 blanco. Lo había comprado a su padre, quien se lo dejó a tan solo 100.000 maygels (2.000 dólares en la moneda local) por ser un auto viejo y por ser su hija. Cabían las 4 perfectamente, eso a pesar de ser un auto estilo Coupé.

El auto recorrió las calles rodeadas por árboles en las afueras de la ciudad. Se adentró en el pueblo cercano. Al ir por su periferia no pasó mucho hasta que el sonido de la música electrónica comenzó a hacerse más fuerte. Bondy estacionó a considerable distancia.

Una casa de tres pisos resaltaba por la música a todo volumen, las luces multicolor y los jóvenes que charlaban y merodeaban por todas partes.

“¿Qué están celebrando siquiera?” preguntó Ruby. “Su equipo favorito de fútbol ganó un campeonato. Uno de los requisitos para entrar a la fraternidad es ser fan de los BlueHats.” Explicó Daniel. “Es un equipo terrible. Su afición usualmente usa cánticos racistas. Ganaron esta temporada de forma inexplicable.” Explicó Bondy. Ella no veía fútbol, pero su novia sí. Veían juntas los partidos como una forma de pasar tiempo juntas.

“Quédate en el auto, Bondy. Ruby y Danny vendrán conmigo.” Miriam comenzó a explicar su plan. “Siempre hay alguien teniendo sexo en estas fiestas. Probablemente Tomas se reserve a Xander solo para él en su habitación. ¿Sabes dónde está, Danny?” se giró a ver a su hermano.

“Claro. En el tercer piso. La puerta del fondo a la derecha de las escaleras.” Aún recordaba bien algunas cosas pese a haber estado en pocas ocasiones. “Perfecto. Oh, otra cosa. Probablemente necesitemos que hagas de señuelo para que podamos entrar.”

Daniel tardó un segundo en entender lo que le estaba pidiendo. “¿¡QUÉ!?” exclamó.

 

Continuará...

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----- Si por allí encuentran alguna falta de ortografía, por favor, háganmelo saber -----


------------------------------------ GRACIAS POR VER ------------------------------------


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