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Escrita por: “Irene Naridza”
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----- Una Dama
con Mucho Dinero -----
-- Escrito por “Irene Naridza” --
Pedido por “justingochioco”
Justin era un chico que pasó años estudiando su carrera de
fotografía. Ahora que por fin se había logrado graduar. Se dio cuenta de la
dura realidad de dicho mundo laboral. Él soñó con algún día ser fotógrafo de
grandes modelos. Ser aquel que capturase los momentos más importantes y
trabajar para las grandes revistas de moda y farándula.
Había una empresa en la que Justin soñaba trabajar. Esa era
“FameFrame”, la empresa publicista de moda y de celebridades más famosa de su
ciudad. Sus revistas, tanto físicas como digitales eran muy leídas en todo el
país y competían bastante con las otras empresas publicistas del resto del
país.
Sin embargo, 5 años habían pasado y Justin estaba bastante
lejos de dicho mundo. En ese tiempo solo había logrado obtener un trabajo para
un periódico local que no era muy leído. Pese a esforzarse mucho y conseguir
buenas recomendaciones. Se enteró que las grandes empresas buscaban fotógrafos
con una experiencia aún más alta de la que él tenía.
Pasaron muchos años más. Sin embargo, a cada que buscaba un
puesto en su trabajo deseado, se topaba con que su experiencia todavía no era
la suficiente o que sus estándares habían incrementado. Eso lo destrozaba por
dentro.
Todo empeoró días antes de la celebración de año nuevo. El periódico para el que trabajaba se había ido a la quiebra. Justo meses después de contratarlo como empleado fijo en lugar de uno independiente. Los lectores eran cada vez menos y los otros diarios comenzaban a tomar su público. Un día, ya no pudieron seguir manteniéndose en el negocio.
Justin no lo podía creer. No porque no supiese que algo así
le pudiese ocurrir, de hecho, ya lo veía venir. Por lo que había comenzado a
ahorrar. Solo que no imaginó que ocurriese muy pronto y de forma tan repentina.
Un día estaba celebrando la navidad con sus colegas del periódico y al otro, su
jefe les anunciaba que el periódico cerraría.
Ahora Justin estaba en su pequeño departamento a las afueras
de la ciudad, un barrio un poco marginal y peligroso. Estaba a oscuras sentado
junto en su cama. En la mesita de noche había lo poco que pudo obtener después
de su despido. Un cheque de liquidación por 4000 dólares y un par de cartas de
recomendación.
No le gustaba mirar dichos papeles, porque le recordaba todo
el llanto y tristeza que hubo en el periódico tras su cierre. Mucha gente quedó
sin empleo. Y pese que su antiguo jefe hizo todo lo que pudo para que tuviesen
recomendaciones en otros sitios, la suerte simplemente no estuvo de su lado.
Justin miró la hora y salió de su departamento. Bajo hasta
el primer piso y se sentó en el borde de la alberca del condominio. Alguna vez
habría estado en servicio. Pero ahora estaba seca y llena de basura. A Justin
le gustaba nadar, le hubiese gustado mucho haber podido disfrutar de ella.
Quiso incluso ir al parque acuático local, pero nunca tenía tiempo por su
trabajo.
Desde donde estaba, Justin. Pudo ver como la pirotecnia que
daba la bienvenida al año nuevo iluminaba el cielo nocturno. Ese panorama era
bastante hermoso. Era algo que le daba esperanza a Justin, pues otro año llegaba
y consigo, esperanzas de mejorar su vida.
Sin embargo, ahora todas esas ideas se habían ido. Justin había trabajado duro por años, persiguiendo su sueño, sin embargo. Todo había sido en vano. “¿Qué hice mal?” Se preguntó mientras lagrimas brotaban de sus ojos. Justin no podía creer que mientras unos celebraran, él estaba en la miseria pese a haber hecho todo bien.
Mientras lloraba, habló para si-mismo. “Desearía ser exitoso, desearía no estar aquí” sus sollozos eran casi inaudibles, pero alguien sí lo había escuchado. Cuando el sonido de la pirotecnia se había cesado, Justin alzó la mirada. Todo lo que veía frente a él era blanco.
Giró su cabeza y se dio cuenta de que ahora estaba en una
especie de vacío. “¿Dónde estoy?” dijo desconcertado. “Saludos.
Estas donde los sueños de todos los elegidos se vuelven realidad.” Dijo una pequeña hada que apareció de repente.
“AHH, ¿qué es eso?” Justin saltó asustado. “Oh
sí, disculpa. Olvide que los humanos sois un poco asustadizos.” Dijo el hada, pese a que ya había visto ese tipo
de reacción innumerables veces, pensaba que era gente que no creía en la magia
o algo por el estilo. Pero comenzaba a darse cuenta que aparecerse de repente a
la gente obviamente iba a asustarla.
“Soy Seylah, el hada de la
estrella fugaz de los deseos.” Se
presentó el hada. “¿estrella fugaz? No recuerdo haberle
pedido nada o haber visto alguna.” Dijo el joven. “Oh, de seguro no la viste entre la pirotecnia, pero no
creo que eso importe. AHORA TIENES UN DESEO.” Aclaró el ser mágico.
Justin ahora estaba más consciente de lo que ocurría. “Eso es genial… espera. Esto está siendo muy fácil, ¿no hay
algún truco en esto?” dijo con suspicacia.
“No. Has sido elegido por los amos antiguos para
que te concedamos el deseo que quieras… oh, aunque, no podemos cumplir nada que
tenga por fin herir a los demás o a ti mismo, ese es el único límite.” Explicó el hada.
Justin todavía no estaba convencido “¿Seres mágicos?, ¿amos antiguos?” se preguntó a si mismo. Sin embargo, el efímero
recuerdo del cómo estaba su vida, le hizo tomar una rápida decisión. “Está bien, no te cuestionaré nada, pero la verdad, todo esto
es muy raro y repentino.” Accedió. “Desearía…” comenzó
a pensar en su deseo.
Con el recuerdo fresco de su despido y el como no podía
entrar a la empresa de sus sueños, no le fue difícil hacer su petición. “Desearía ser muy adinerado, tener un puesto en FameFrame
como fotógrafo y así poder tener la vida de mis sueños” Formuló su deseo.
Seylah escuchó atentamente y sonrió. “Eso es muy fácil, LO TENDRÁS” el hada levantó una varita que no tardó en soltar
un brillo dorado. De un momento a otro, aquel espacio en blanco se llenó de
aquel brillo y cuando este se despejó. Justin notó que ahora estaba en otro
lado.
“Bienvenido a tu nuevo
hogar...” Dijo el hada. Justin estaba en una habitación enorme, la
reconoció de inmediato. Era la casa grande que había en las colinas de la
ciudad, espaciosa y con lujos. Ya la conocía pues hasta hace un par de años era
rentada para la revista de FameFrame para sesiones de fotos.
“Es hermoso” Dijo
Justin justo antes de darse cuenta de otro IMPORTANTE CAMBIO que había
ocurrido. Su voz ahora era mucho más aguda. Miró hacia abajo y notó su nueva
ropa y su nuevo cuerpo. “SOY UNA MUJER” Exclamo sorprendido.
Se miró en un espejo cercano. Estaba usando un uniforme de oficinista, falda tubo negra, una blusa blanca con encaje, mallas negras, tacones de igual color y joyería. Justin quedó cautivado con la mujer que veía en el espejo. No era muy distinta a su yo masculino, de hecho, era su viva versión femenina, conservando sus rasgos y edad. Cualquiera que la viese pensaría que es su hermana gemela.
“¿Por qué soy una mujer?” Preguntó, un poco disgustado. “OH, vaya. Disculpa. Creo que es porque no especificaste
bien.” Explicó Seylah. “Deseaste ser
alguien adinerado, pero no especificaste si querías ser un hombre o una mujer
adinerada.”
Esa explicación no le agradó a Justin. “Quería ser un hombre adinerado, solo mírame. Me veo
vieja y fea. ¿no puedes corregirlo?” preguntó
el chico, ahora una mujer. “Lamentablemente no, o
no por el momento al menos.” Dijo
el hada. “La estrella fugaz a la que deseaste, es
una que pasa a cada 7 años. No puedo hacer correcciones hasta la próxima vez que
pase" Explicó Seylah.
Justin no podía creerlo. “¿7
años?, ¿TENGO QUE ESPERAR 7 AÑOS?” Se
derrumbó en el sofá cerca de él. Sintió que se había sentado en algo, al
fijarse vio que era una pequeña cartera. “Supongo
que esto es mío…” dijo un poco
disgustada. Una idea surgió en su mente, la abrió y buscó algo.
“Jane Jolie, 32 años,
Fotógrafa Profesional” Leyó su la
que ahora era su identificación. Junto a esta estaba una identificación
diferente. Era una que la reconocía como empleada de FameFrame. “Fotógrafa Principal”
leyó. “Ves, no todo es malo, Jane.” Dijo el hada. “Tienes
tu deseo cumplido. Puede que seas mujer, pero vamos, ser mujer no es nada malo.”
La consoló.
Jane suspiró y una sonrisa por fin se dibujó en su rostro. “Tienes razón y no es que piense que ser mujer sea malo,
solo que…” se miró al espejo una
vez más. “no esperaba convertirme en una... no sé
nada sobre ser mujer.” explicó. “No te preocupes. Tu corazón te guiará en eso.” Dijo
el hada.
Jane miró al hada antes de ponerse de pie. “Está bien. Seré mujer por estos 7 años. Hasta que
aparezcas de nuevo.” Seylah se
alegró de oír eso. “Bueno, entonces, aquí nos
despedimos.” Dijo el hada. “Oh, y te ves muy linda. La edad no importa para la
belleza.” La alagó.
Jane se sonrojó un poco. “Gracias.
Tú también eres bella.” Le
devolvió el cumplido. “Nos vemos, Seylah, de
aquí en 7 años.” Extendió su mano
al hada. Como esta era diminuta, entrego sus dedos para que pudiese
estrecharlos. “Nos vemos, Jane Jolie. De aquí en
7 años” Dijo mientras se despedía
y desaparecía en una estela de brillo dorado.
Ahora que Jane se encontraba sola, se dejó caer en su sofá.
Allí notó junto a ella una mesita con una agenda. Al revisarla notó su
cronograma del trabajo, para su sorpresa conocía cada cosa que debía hacer. Los
recuerdos y conocimiento de su nueva vida comenzaban a llegar a su mente. Jane
ya sabía qué hacer. “Manos a la obra.”
7 AÑOS DESPUÉS.
Otro año estaba por terminar. Vieras a donde vieras en la
ciudad, se podía notar el ambiente festivo. La gente estaba en fiestas con
amigos y muchos otros estaban en sus hogares junto a sus familias, esperando el
año nuevo. Una de esos hogares era el de Jane Jolie.
Una estela de brillo dorado se abrió paso en el cielo, de
este descendió Seylah. “Vaya, este lugar luce
diferente.” Dijo el hada al ver la casa frente a ella. “El mapa mágico indicó que esta era la casa de Jane. Es la
misma de hace años, pero es más grande y bonita.” El lugar era una mansión, tenía varias
habitaciones, tenía incluso una cancha de tenis y una alberca.
Había gente reunida en el patio festejando el año nuevo. El
hada se dirigió dentro de la mansión y buscó a Jane. No tardó en encontrarla.
Estaba sentada viendo un álbum de fotos. Seylah aprovechó que estaba apartada
de los demás para acercarse.
“Hola, Jane. Gusto en verte.” La mujer adulta giro su cabeza. Sonrió cálidamente
al notar que era aquella hada que había cumplido su sueño hace años. “Hola, Seylah, cuanto tiempo sin vernos. Llegas antes de lo
planeado. Vamos a mi estudio, así hablar a solas.” Se puso de pie y
junto al hada se dirigieron a una habitación apartada.
“Mami, mami, ven con nosotros
a ver el espectáculo de pirotecnia.” Un par de niños pequeños se acercaron a Jane. “Claro, linduras. Pero mami tiene que hacer unas
cosas en su estudio. No me tardaré mucho.” Dijo ella, agachándose
para abrazarlos. “Vayan con su padre por el
momento.” Los niños asintieron antes de correr por el pasillo. “Pero no faltes.” Dijo
la pequeña con una sonrisa.
Seylah sintió mucha ternura el ver a los pequeños. Pero evitó
hablar, pues debía ser discreta. Ya en el estudio aprovecho. “¿Son tus hijos?, Son una lindura.” Dijo el hada. “Sí,
se llaman Cindy y Antón.” Dijo
Jane bastante conmovida.
“Se nota que no perdiste
tiempo en estos 7 años.” Musito el
hada, Jane rio mientras asentía con la cabeza. “Pasaron
muchas cosas. Como ya tenía mi deseo cumplido. Me plantee nuevas metas, fue
duro. Pero hoy estoy aquí.” Miró
hacia fuera de la ventana. Mucha gente reunida en su casa, en el centro estaban
su querido esposo y sus amados hijos.
“Después un par de años en
FameFrame. Les gustó tanto mi trabajo, me ascendieron a jefa de la revista
digital. Allí pude me desempeñé con facilidad, amaba lo que hacía. También
ayude a mis viejos compañeros de trabajo en el periódico.” Señaló hacia el patio donde estaba reunidas
muchas caras conocidas. “Sabía que era buenos
trabajadores, solo necesitaban una oportunidad, yo sé las di.”
El hada se sintió conmovida por eso. “Los amos antiguos sabían porque te eligieron. Fue por tu
corazón. Eres alguien muy amable, siempre que puedas, ayudas a los demás. Por
eso fuiste elegida para tener un deseo.” Explicó el ser mágico.
Jane sonrió. “De eso quería
hablarte.” Comenzó a hablar. “Hoy tengo el trabajo de mis sueños, una familia que me
ama y una fortuna que asegurará que no nos falte nada. No necesito cambiar mi
deseo. TENGO TODO LO QUE SIEMPRE QUISE.”
“Eso es evidente, cariño.” Dijo el hada. “Me
alegro que hayas encontrado la felicidad. Te dije que ser mujer no era nada de
malo.” Jane asintió. Tenía algo
más que decir. “Pero sigo pensando… hubo gente
de mi anterior trabajo a las que no pude ayudar. Tal vez… puedas hacer algo por
ellos.” Su rostro denotaba
genuina preocupación.
Seylah puso un rostro serio, Jane temió lo peor. “Por supuesto que puedo.” Jane brinco le alegría. “Sabes, no nos lo explican, pero escuche que antes de estudiar tu
corazón e intenciones. Los amos antiguos recibieron una recomendación que los
hizo tenerte en cuenta.” Explicó
el ser mágico. “Por lo que, si tu recomiendas a
alguien, sí puedo hacer algo por ellos.”
El hada comenzó a aletear sus alas. “Mi labor aquí está hecha. Fue un gusto vernos de nuevo.” Dijo mientras miraba a Jane. “Sí. Sabes, Seylah. Fui muy afortunada de tener esta
oportunidad. Me alegra que otros que también la necesitan puedan tenerla.” Confesó mientras lagrimas comenzaban a correr por
sus mejillas.
“Yo también me alegro de
hacer gente feliz. En especial si es en estas fechas festivas.” Dijo el hada mientras daba una última mirada a
Jane. “Vendré a visitarte en 7 años.” Anunció.
“HASTA ENTONCES” dijeron al unísono antes que Seylah desapareciera
tras una estela de brillo dorado.
Devuelta en el patio. Todos estaban hablando sobre sus metas
para el siguiente año y sobre todas sus vivencias en el año que terminaba. De
repente, hubo una sacudida en la piscina. Todos se regresaron a ver que había
ocurrido.
En la alberca, estaba Jane quien aún usaba su atuendo que
consistía en un vestido rojo cereza, unas mallas negras de encaje, tacones
altos del mismo color, su cabello arreglado con un moño negro y un fino
maquillaje que comenzaba a correrse por el agua.
“Querida, ¿estás bien?” dijo su esposo. Jane solo empezó a reír. “Por supuesto. Siempre amo esta piscina. Siempre quise
darme un clavado lanzándome desde mi estudio.” Los invitados se extrañaron un poco. “Bueno, entonces me uno.” Dijo el esposo antes de darse un clavado junto a
ella. Un par de invitados se unieron.
Abrazada con el amor de su vida en la orilla de la alberca y sin perder de vista a sus hijos que estaban fascinados con el espectáculo de fuegos artificiales. Tal vez haya sido duro acostumbrarse a su nueva vida como mujer al principio, pero ahora, sabía que no quería ninguna otra cosa. Jane estaba donde siempre quiso estar.
FIN
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----- Si por allí encuentran
alguna falta de ortografía, por favor, háganmelo saber -----
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--------------- Opinión de la Autora ---------------
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Feliz Año Nuevo para todos.
Espero que este año traiga cosas nuevas y buenas. Muchas experiencias y nuevas
historias. Y sobre todo, prosperidad para todos.
·
Esta es una Solicitud de
“justingochioco” de Deviant Art. Espero que te guste.
·
Esto fue más largo de lo que
esperaba, pero me gusta.
------------------------------------ GRACIAS POR VER. ------------------------------------
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