-- Escrita
por: “Irene Naridza”
Era un día
sábado donde Lorena se encontraba sola en la casa junto a su hijo Carl. Su
esposo y su hija estaban fuera visitando a los abuelos. Carl no pudo ir porque
tenía bastante fiebre, pero como no querían dejar solo al abuelo en su
cumpleaños.
Decidieron
dividirse las labores y resultó que, al final, la fiebre no fue nada grave.
Para la tarde del sábado, Carl ya estaba sano. Este lamentó el malentendido,
pero no se podía hacer nada, los abuelos vivían muy lejos.
Él y su madre
planearon ir a jugar en un parque cercano, pero una tormenta llegó de forma
imprevista y tuvieron que regresar a casa. Para colmo, el fuerte viento había
derribado la antena de la televisión, dejándolos sin su principal
entretenimiento hasta que llegase papá y lo arreglara.
Como Lorena
aún quería divertirse con su hijo. Le propuso algo. “Carl. ¿Quieres jugar a algo divertido?” Preguntó a su hijo que quiso saber
más. “Sabes, cuando me quedaba sola
con tu hermana mayor. Solíamos jugar a que la vestía como a una muñequita.
¿Quieres intentarlo?”
La pregunta
extrañó a Carl. “Mamá, soy un chico.
Eso es muy femenino.” Se negó enseguida. “Además, a papá no le gusta ni que use nada rosa. ¿Qué
diría si me ve como una muñeca?” Agregó. “Es por eso que él no sabrá nada. Será nuestro secreto.
¿Quieres intentarlo?” La nueva propuesta fue bastante
tentadora para Carl, que terminó aceptando.
“Genial. Ya verás que quedas
hermosa.” Le aseguró mientras lo tomaba de la
mano y lo llevaba hacia el ático. “Lulú,
tu hermana, tiene mucha ropa que ya no usa. La guardé en el ático para
regalarla a la beneficencia esta navidad. Pero hasta entonces. Podemos darle un
pequeño uso.”
Llegaron al
ático y Lorena se dirigió a un armario y comenzó a sacar todo tipo de ropa
femenina. Faldas, camisas con volantes e incluso vestidos. “WOW. No recuerdo que Lulú tuviera tanta ropa.” Dijo Carl sorprendido al ver toda esa variedad. “Mis amigas también me dan la ropa que sus hijas ya no
usan.” Explicó mientras reunía prendas para
formar un solo atuendo.
“Bien, empecemos con esto.” Dijo mientras escogía un conjunto al que Carl miró con curiosidad. Una
camisa de mangas largas rosa con puntos blancos, un vestido blanco de falda
mediana, mallas rosas y unos zapatitos blancos. “Se ve bonito…” dijo tímidamente.
“Oh, cariño. Te ves
adorable.” Dijo su madre emocionada al verlo con
todo el conjunto puesto. Carl solo se sonrojó, no de vergüenza, todo lo
contrario. “Gra… gracias.” Respondió él. “Hay muchos
conjuntos aquí y quién sabe, tal vez podemos hacer alguna actividad juntas.” dijo la mujer haciendo que Carl se emocionase por lo que estaba por
venir.
Así pasaron
ambos la tarde. Lorena ponía a su hijo en los atuendos más femeninos y bonitos
que podía combinar. A Carl le gustaba recibir elogios de su madre sobre cuán
‘linda’ se veía con sus atuendos. Incluso hasta tomó un par de fotos.
Desde que su
hija Lulú entró a la adolescencia, ya no pasaba mucho tiempo con su madre. Lo
que la hacía sentir un poco sola. Pero ahora, parecía que podía volver a tener
sus añoradas tardes de madre e ‘hija’.
“¿Qué dices si hacemos
galletas?” dijo Lorena. Carl asintió y fueron
hasta el primer piso donde estaba la cocina. Pero se frenó en seco al ver que
su padre y su hermana estaban en la sala.
“Amor… llegaste temprano.” Dijo Lorena sorprendida. “Sí.
No nos demoramos con papá. Le dio una de esas crisis donde recuerda sus días en
la armada.” Dijo el hombre. “Trajimos la cena. Fuimos al restaurante mexicano que
tanto le gusta a Lulú.” Señaló a la niña, quien sacaba
tarrinas de comida de las fundas con el logo de dicho restaurante, una tortilla
con un águila en su hombro.
“¿Quién es ella?” dijo Lulú al ver a Carl. Este se había escondido tras su madre, inmóvil
ante la presencia de su padre. “Carl,
¿qué rayos llevas puesto?” Exclamó su padre molesto, asustando al
niño, quien abrazó a su madre.
“Quítate eso, EN ESTE
MOMENTO.” Ordenó mientras se acercaba a
Carl. “Dan, espera. ¿qué estás
haciendo?” Lorena se interpuso “Solo estábamos jugando. No hay razón para que te enojes
de esa manera.” Dijo al detener a su esposo.
“¿Por qué juegas a esas cosas
con Carl? Es un niño.” Dijo él, alzando la voz. “Lo sé. Pero esto no le hace daño. Estábamos teniendo un
buen momento juntos. Ahora lo asustaste.” Dijo ella al notar que Carl escondía
su cara en su espalda al ver a su padre tan enojado.
“No quiero que jueguen a ese
tipo de cosas.” Exclamó con voz de mando. “Carl, ve a cambiarte. Es mi última palabra.” Ordenó, haciendo que el niño fuera hasta su cuarto a hacer lo que su
padre decía. Al rato bajó de nuevo, ya con su ropa de niño, mirando al suelo,
esperando no enojar a su padre nuevamente.
“Así me gusta, que te vistas
apropiadamente.” Dijo Dan. La cena fue bastante tensa
para Carl, quien hacía el menor ruido. Su padre hablaba de cosas usuales como
si nada hubiese pasado. Lorena hacía lo mismo, pero estaba claramente
disgustada con la actitud de su esposo.
Carl se
despertó tarde al día siguiente. No podía dormir, pero cuando lo hizo, lo hizo
llorando. Su madre entró a su habitación y lo consoló. “Perdona a tu padre. Fue forjado por otros valores.” Dijo al abrazarlo. “Si ya no
quieres que juguemos a vestirte de niña, está bien. No quiero que te sientas
nervioso.” Aseguró ella.
“No. sí me gusta.” Dijo Carl. “Ayer, me sentí bien al jugar contigo… ¿podemos volver a
hacerlo?” preguntó tímidamente. Su madre
asintió. “Por supuesto.” Dijo ella con una sonrisa. “Pero
como ya has visto, tu padre no tiene que enterarse.” Carl asintió.
“Puedo ayudarlos en eso.” Dijo su hermana entrando a la habitación. “Tengo mucha ropa que ya no me queda. Ese vestido que
usaste ayer es una de ellas.” Lulú se sentó al pie de la cama
mientras explicaba. “Podemos reunir
toda en un armario que sea solo para ti cuando juegues con mamá.” Sugirió, sacándole una sonrisa a
su hermano.
“Eres muy bondadosa, Lulú.” Dijo Lorena. “Planeaba
donarla, pero creo que ya encontramos a alguien para usarla.” Lorena acarició el cabello de su hijo. “Lo mejor será dejar ese armario en el ático. Tu papá a
veces tiene viajes de negocios, podremos tener un momento para jugar todas
juntas.” Dijo ella.
“Suena bien. ¿Te gustaría
tener fiestas de té?” propuso Lulú. “Todas las tres con vestidos lindos. Me gusta esa idea.
¿Qué dices, Carl?” preguntó Lorena. Carl sonrió,
imaginando todo lo que podrían hacer.
Aunque
lastimosamente tendría que ser a espaldas de su padre, su madre y su hermana
estaban dispuestas a apoyarlo. “Sí,
me gusta la idea.” Respondió Carl, ansioso de poder
volver a jugar con su madre y esta vez, con su hermana como invitada.
¿Continuará?
----------------------------------------
-------------------------------------------------------------------------------
Link a Caption en inglés en Deviant Art: https://www.deviantart.com/nair-tg-stories/art/PLAYING-WITH-MOMMY-TG-STORY-1086168103
-------------------------------------------------------------------------------
Link a Historia en inglés en Wattpad: https://www.wattpad.com/1346595613-playing-with-mommy
-------------------------------------------------------------------------------
Link a Historia en español en Wattpad: https://www.wattpad.com/1346593961-jugando-con-mami
-------------------------------------------------------------------------------
Link a Caption en inglés en Blogger: https://irenenaridzastorycaptions.blogspot.com/2024/08/playing-with-mommy-tg-story.html
-------------------------------------------------------------------------------
Link a Caption en español en Blogger: https://irenenaridzastorycaptions.blogspot.com/2024/08/jugando-con-mama-historias-tg.html
-------------------------------------------------------------------------------
------------------------------------ GRACIAS POR
VER ------------------------------------
No hay comentarios.:
Publicar un comentario